Carolina Calatayud
Pedagoga
Las emociones son lo más importante en el desarrollo de las personas desde edades muy tempranas. Las emociones son reacciones psicofisiológicas que se adaptan a un contexto en el que nos desarrollamos desde donde nacemos hasta donde nos desenvolvemos.
Las emociones tienen un propósito y una reacción, por ello tenemos que ser conscientes de nuestra inteligencia intrapersonal e interpersonal. La base de la inteligencia y del desarrollo de las emociones se basa en ese desarrollo físico, cognitivo, social y emocional y se manifiesta desde diferentes ámbitos. Las básicas (alegría, tristeza, miedo, sorpresa, enfado, asco) son innatas; el resto conforman un universo emocional.
Si no trabajamos la identidad emocional desde pequeños, habrá traumas. Por eso, es vital hablar de emociones desde la infancia. Relacionado con esto, quiero mencionar el poder del abrazo. Un abrazo es la distancia más corta entre dos corazones. Un gesto insignificante, pero a la vez muy valioso.
Harry Harlow demostró con sus experimentos que el afecto y el contacto físico son esenciales para el desarrollo. Es la forma de comunicación de las más poderosas en el desarrollo emocional de la infancia. Se inventaron para que las personas, los niños y adolescentes sepan que les queremos sin decir nada.
Abrazar reduce el estrés, mejora el ánimo y la salud. El verbo desarrollar, ser y estar siempre tienen que estar constantemente en nuestras vidas para ser un miembro muy importante en nuestra sociedad, por un futuro mejor donde las emociones y el respeto a esa individualidad sean el éxito de este nuevo reto emocional. La gente olvidará lo que les dijiste pero nunca olvidará cómo les hiciste sentir.